martes, 30 de octubre de 2007

Argumento


La guerra de Paraguay con Bolivia había comenzado y muchos soldados habían sido enviados al frente a luchar. Liberato Farías se sentía orgulloso de los soldados y pensaba que ir a la guerra y defender al país era un acto valiente y además era un deber. Su esposa, Cesarina, lo amaba mucho y siempre cuidaba de él, ayudándolo en el trabajo, preparándole la comida, cuidando la casa, y, como era buena tomando decisiones, ella era la que manejaba la familia, sin que su marido lo notase.
En la guerra iban quedando cada vez menos soldados, hasta que un día citaron a Liberato a ir al frente. Éste entró en una desesperación total, ya no tenía deseos de ir a la guerra, todas las noches tenía pesadillas y se sentía muy asustado. Cesarina deseaba poder ayudar a su esposo, ya que lo que menos quería era que no pudiese sobrevivir a la guerra.
Un día se le ocurrió la idea de fingir un accidente y así lograr que Liberato no estuviera apto para pelear. Entonces pidió a Salvatore, un repartidor amigo de la pareja, que los ayudara con el plan: que accidentara a su marido y luego lo llevase al hospital fingiendo que lo había encontrado herido. Saltore, a cambio, le confesó que se sentía muy atraído hacia ella y le pidió que le fuera infiel a su marido para, así él, cumplir con su parte del trato. Ella, sin otra alternativa, accedió.
Cuando Liberato hubo sanado de lo fuertes garrotazos recibidos por el repartidor, quién intentó matarlo, volvió a su casa. Encontró a Cesarina hablando muy plácidamente con Salvatore, quién tenía puestas varias de sus camisas. Liberato aceptó darle las camisas como un regalo porque se mostró muy agradecido con el hombre que le había brindado la solución para no ir a la guerra. A partir de ese momento, Cesarina salía muy temprano de su casa y volvía muy tarde y Salvatore pasaba mucho tiempo con ella en la casa, compartiendo con ella más que una amistad. Liberato finalmente, viéndose libre de correr peligro de ir a luchar, volvió a su antiguo parecer, apoyaba, desde lejos, a los soldados que marchaban al campo de batalla.

2 comentarios:

Ester fretes dijo...

Muy bueno el argumento pero es dificil de leer..porque las letras son claras

Unknown dijo...

Son muy claras las letras